domingo, 19 de noviembre de 2023

Libro La Cocina de Yeyé

Desde hace casi 30 años habíamos tenido la ilusión y el propósito de publicar un libro de recetas de mi mamá, Haydeé Golarte de Castro, conocida por su familia y sus amigas y amigos como Yeyé. Quizá muchas personas recuerden la sección de La Cocina de Yeyé en El Informador. Se publicaba dos o tres veces por semana de1993 a 1997. Cuatro años de recetas e información adicional para complementar las publicaciones.

Entre mi hermana Lupita y yo empezamos a trabajar en la producción del libro. Seleccionamos las recetas y ella las preparó casi todas: 360. Dos grandes amigos fotoperiodistas tomaron las fotos: Carlos Hernández Fonseca (¿dónde andas Charlie?) y Raúl Torres Lugo. Yo me encargué de la redacción y corrección de todo el material. Sin embargo, por diversas circunstancias no había sido posible su publicación. Hoy, 19 de noviembre, que mi mami cumpliría 91 años, después de mucho tiempo, me enorgullece compartirles el libro, disponible en plataformas en formato PDF. Por alguna extraña razón no fue posible publicarlo como e-book, pero ya está a la venta.
Por fin mami ¡tu libro! "La Cocina de Yeyé" #LaCocinadeYeyé

En este espacio donde también comparto mis propias recetas, he publicado muchas de Yeyé, mi mamá, y sé que el blog tiene seguidores en varias partes del mundo. Las maravillas de la tecnología: aquí se puede comprar en línea
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viernes, 16 de junio de 2023

Chilorio


Hooola ¡qué milagro! ¿verdad? Lo cierto es que siempre quiero reavivar el blog o que las entradas fueran más frecuentes pero se ha complicado el trabajo, por fortuna. Hoy que por decreto no se trabaja en Jalisco porque el estado cumple 200 años desde su constitución como libre y soberano, pues tuve una chance, un tiempecillo extra. Y, cosas de la vida, el platillo no es jalisciense pero se consume aquí mucho, aquí en Guadalajara, porque la comunidad sonorense y sinaloense en la zona metropolitana es muy grande.

Chilorio, sí, estilo Sonora; el sinaloense tiene algunas variantes. Escogí el de la tierra de mi mamá, Yeyé, por eso, en primer lugar y, en segundo, tiene menos calorías que el sinaloense que incluye jugo de naranja. Y bueno, retomo el espíritu original del blog: hacer todo desde cero y no recurrir a alimentos preparados. En el caso del chilorio se vende en latas y sobres.

Es un guisado fácil, económico y muy versátil. Se pueden hacer burritos, taquitos, lonches o tortas (bocadillos pues, por aquello de la internacionalidad), chilorio con huevo para desayunar, tostadas, puede ser relleno para tamales incluso y sándwiches. 

Tomé la receta de un canal que no conocía. No es nuevo pero me ha gustado mucho, se llama La herencia de las viudas y sólo hice algunos ligeros cambios en la receta (menos orégano y la carne la cocí en olla de presión). Va la receta:


                                              Ingredientes

Para cocer la carne

1 kilo de pierna de cerdo

1 kilo de espaldilla

1 chile California o Anaheim fresco

3 hojas de laurel

1/2 cebolla

2 cabezas de ajo

Sal


Para el adobo

25 chiles guajillo (también se conocen como mirasol)

3 dientes de ajo grandes

1/2 taza de vinagre

2 tazas del caldo donde se coció la carne, colado

2 cucharadas de guisar de manteca de puerco


Para sazonar

1 cucharada de pimientas negras

1 cucharada de cominos

1 cucharada de semillas de cilantro o coriandro 

7 clavos

1/2 cucharada de orégano seco

Sal de grano

Preparación



La carne se corta en trozos y se lava muy bien. Se puede poner a remojar un rato en agua para desangrarla y que no eche tanta espuma.

Se pone a cocer, sin tapar la olla, con la cebolla, las cabezas de ajo, el chile verde (California), sal y laurel.

Cuando suelte la espuma, algo sale siempre, casi siempre, se retira y se deja hirviendo un rato más hasta que se consuma un poco de agua y entonces sí se tapa y se cuece en la olla de presión. Media hora después de que "baila" el pivote.

Mientras se cuece la carne, los chiles guajillo se remojan en agua a temperatura ambiente. Nada más se les quita el tallo. No hay que limpiarlos porque el adobo, ya que está listo, se cuela. Cuando la carne esté cocida, se fríe en un sartén en manteca de puerco; no es necesario deshebrarla, al revolverla mientras se fríe en la manteca se deshebra sola; se licuan los chiles, con las dos tazas de caldo, el vinagre y los dientes de ajo. Se cuela sobre la carne y se va revolviendo todo hasta que la carne esté completamente impregnada con el chile colorado.



Cuando la carne luzca como se aprecia en la foto, se agregan los condimentos que previamente se muelen en el molcajete. De lo que resulte, bien mezclados todos, se añaden a la carne dos cucharaditas, un poco de sal y, al final, media cucharada de orégano seco. Se sofríe un ratito más para que se impregnen todos los sabores y eso es todo.

¡Buen provecho!

Notas:

1.- Primero pensé que era mucha pimienta, comino y coriandro y sí, porque realmente no se le pone todo a la carne, no a estas cantidades, lo que me sobró lo guardé en un especiero, me alcanza por lo menos para otra vez. Los molí en el molcajete como se aprecia en la siguiente foto:


2.- Sí le bajé a la cantidad de orégano. A la hora de añadirlo a la carne se me hizo mucho y sólo le puse la mitad, es decir, media cucharada de orégano seco.

3.- La manteca se derrite y calienta en un sartén grande, usé un wok que resiste altas temperaturas y quedó súper bien. Y tiene que ser manteca para que sepa a chilorio, si no, quedaría como cualquier otro guisado.

4.- La receta rinde mucho, así que se puede almacenar en botes de medio litro y congelar. Es de esas comidas que sacan de apuros.

5.- Ahora sí, a preparar burritos, tortas, tostadas, chilorio con huevo, taquitos... en fin.

lunes, 1 de agosto de 2022

Cocido de res

Estamos en pleno verano y temporada de lluvias y aunque ahorita, al menos en Guadalajara, tenemos una brevísima tregua (de seguro lloverá hoy), se antojan caldos calientitos. Este es un platillo de la cocina mexicana, de siempre. Y no es de las comidas que en un estado y otro se pelean el origen. Se prepara en todo el país, de toda la vida y varía, no digo de una ciudad a otra, de una familia a otra. Hay a quienes les gusta con espinazo o con pura maciza o con chambarete con tuétano, o con platanito y tuétano aparte y así. Cuestión de gustos. 

Y luego, también hay diferencias en las verduras y leguminosas: con o sin garbanzo, con o sin ejote, con o sin repollo o col, en fin, pero es siempre un caldo reconstituyente, una comida completa y muy rendidora. No puedo decir que económica porque el precio de la carne de res está por los cielos y pues con las verduras, rinde, rinde bien.

El tuétano por favor, manjar delicioso, resulta que no es dañino y pues, que yo sepa, nadie come tuétano en exceso ni todos los días o algo por el estilo que comprometa la salud, así que, de vez en cuando y poquito, para disfrutar, no pasa nada.

Sin más preámbulos, pensando sobre todo en cocineras primerizas, es la cosa más sencilla de preparar. Laboriosa sí, pero el resultado vale la pena.

Cocido de res, un platillo de la cocina mexicana, de siempre, resultado de fusiones centenarias.

Ingredientes

1.5 kilos de carne para cocido (yo pedí platanito y maciza y en la carnicería me regalaron el tuétano)

3 o 4 hojitas de laurel

10 pimientas negras enteras

1 cabeza de ajos, chica

Sal al gusto

1 trozo de cebolla

2 papas grandes

2 zanahorias grandes

2 calabacitas grandes

2 chayotes

1 elote cortado en tres o cuatro trozos

1 trozo de repollo

Preparación

La carne se enjuaga y se pone a cocer con el trozo de cebolla, las pimientas, el laurel, la cabeza de ajos, sal y abundante agua. Antes de tapar la olla de presión, cuando suelte el hervor, hay que retirar la espuma. Se agregan los trozos de elote y se tapa la olla. Si es de presión, en cuanto el pivote empiece a bailar o a hacer algún tipo de ruido (me refiero a las ollas más modernas) se baja el fuego y se cuentan 45 minutos.

Mientras, queda tiempo suficiente para pelar y cortar las verduras.

Aquí se aprecian los ajos, la cebolla (un trozo), las hojitas de laurel (le puse más porque estaban muy chicas), las pimientas, añadí sal y, bueno, de la carne se aprecia el tuétano y la carne en el fondo. Los ajos están sueltos porque quise aprovechar unos dientes que estaban muy chicos, pero es el equivalente a una cabecita.

Papas, repollo, calabacitas, chayote y zanahorias.


Las piqué más o menos grandes, tamaño bocado.

Cuando la carne está lista, se retira del caldo y se aparta. En ese mismo caldo se cuecen las verduras: primero zanahorias, papas y chayote; luego el repollo y al final las calabacitas. A las primeras hay que darles de 15 a 20 minutos, y luego cinco más para el repollo y cinco más para las calabacitas.
Cuando estén todas las verduras cocidas, sin pasarse, se regresa la carne y los elotes y se apaga el fuego. Se sirve de inmediato con tortillas calientitas.
Se puede acompañar con una salsa roja de jitomate y chiles de árbol, asados en el comal y molidos en el molcajete con sal, así de sencilla. También se le puede añadir jugo de limón recién exprimido.
Tengo una olla especial para cocer pasta italiana, pero además es vaporera, entonces tiene un aditamento para eso que usé para separar la carne de las verduras, de manera que la carne no se siguiera cociendo y el tuétano no se desapareciera, pero que se mantuviera caliente. Si la pueden conseguir les facilitará el trabajo en la cocina porque además resulta más cómodo servir así.

Esta es la olla, de acero inoxidable 18/10 (lo que quiera decir eso) y con capacidad de 7.6 litros. Muy buena la verdad. La carne la cocí en la olla de presión y luego vacié en esta el caldo, ya sin la carne y cocí aquí las verduras, mientras en la canastilla tenía la carne, los trozos de elote y los tuétanos. Aquí se ve levantada pero queda al nivel de la olla y se puede tapar.
Listo, no queda más que disfrutar de este platillo que es un básico de la cocina mexicana para toda ocasión, pero especialmente cuando llueve.
¡Buen provecho!

A pesar de tan larga ausencia, este recetario sigue vigente ¡gracias!

sábado, 13 de noviembre de 2021

Costillitas agridulces

¡Milagro! La verdad es que extrañaba compartir recetas en este espacio. No sé si les pase pero con frecuencia lo uso como recetario porque está a la mano y las recetas publicadas, no todas claro, las preparo con frecuencia, como las tortitas de carne molida o los chiles rellenos con salsa de champiñones; el teppanyaki y el caldo de queso también los cocino muy seguido. Esta receta la preparé hace tiempo pero no había tenido oportunidad de compartirla. Son costillitas agridulces y está en al libro de La Cocina de Yeyé. Es un platillo económico y, en realidad, muy fácil de hacer.

Se puede servir como platillo principal acompañado de arroz al vapor o como botana para compartir con la familia o con amigos. Ya verán.

Costillitas agridulces con arroz al vapor de La Cocina de Yeyé.

Ingredientes


1          kilo de costillitas de cerdo

½         taza de salsa de soya 

1          cucharada de jengibre rallado

1          lata de piña en rebanadas

1          chorrito de vinagre

1          cucharadita de azúcar 

2          ramas de apio picado

½         jícama cortada en cubos

2          cucharadas rasas de fécula de maíz

            Aceite para freír, el necesario

Arroz al vapor para acompañar.


Preparación

                                             

Primero se enjuaga el arroz y se deja escurriendo hasta que casi se seque. La receta para hacerlo está en esta entrada, es muy fácil: Arroz al vapor.

Apio, almíbar de la piña, piña, maicena, jengibre, vinagre y azúcar. No aparece en la imagen pero también jícama pelada y picada en cubos como de dos por dos centímetros.

Las costillitas se cortan en trozos chicos, se le pueden pedir así al carnicero de una vez; y se marinan en la salsa de soya durante media hora, mientras, se pican la piña, la jícama y el apio; y se ralla el jengibre.

Aquí están las costillitas marinándose.

Apenas escurridas, las costillitas se fríen en aceite muy caliente para que se sellen y después se baja el fuego para que se cuezan muy bien y queden doraditas.

Sólo se les escurre el exceso de salsa de soya, que no será tanto, y se fríen en aceite muy caliente. Se sellan por todos lados y luego se baja el fuego para que se cuezan y se doren.

Se añade el jengibre rallado, el jugo de la piña, el vinagre, el azúcar, la piña picada, la jícama y el apio; se deja hervir hasta que el apio esté cocido.

Se incorpora la fécula de maíz revolviendo constantemente para que no se formen grumos y se sirven acompañadas con arroz al vapor.

En este punto se añaden los demás ingredientes como se indica.

Ya casi están listas. Con la maicena se forma una salsita espesa muy rica. Y se sirve.

¡Buen provecho!

Notas:

1.- Hay latas que ya traen la piña cortada pero prefiero las rebanadas y cortar el tamaño a mi gusto. El almíbar no se tira.

2.- La jícama le da un toque crujiente muy rico.

3.- El jengibre se pela primero con una cucharita raspando la piel y luego se ralla finamente.

Creo que es todo. Vale la pena y es muy fácil además de económica.
¡Buen provecho!

miércoles, 30 de diciembre de 2020

Pan de cazón

He visto esta receta en cuanto recetario de cocina mexicana ha caído en mis manos, especialmente yucateca, pero nunca me había llamado la atención hacerla, de hecho, ni leerla, así que no tenía idea. Un buen día se apareció Pedro con unos filetes de cazón congelados, pero durmieron el sueño de los justos en el congelador por mucho tiempo hasta que llegó el momento de prepararlos de algún modo. Primero los hice a la mantequilla y nos gustó mucho. El cazón no tiene un sabor muy fuerte, la textura es delicada y no trae nada de espinas así fileteado.

Como si lo hubiese solicitado, en un programa de El Gourmet, “Abuelita linda” creo, la señora preparó pan de cazón y entonces pensé que no era tan difícil y lo podría hacer. Busqué en uno de mis libros y ahí estaba la receta, esperándome, así que, con más cazón en el congelador, prácticamente tenía todos los ingredientes, sólo me faltaba el chile habanero y se resolvió pronto. El platillo llegó para quedarse, a Pedro le encanta y quiere que lo prepare cada rato. Es laborioso, pero vale la pena y si nos organizamos bien, en menos que lo cuento, está listo. Recomendable, como siempre, leer primero toda la receta para revisar si tenemos todos los ingredientes y para hacer las preparaciones previas.

Ya le metí mano a la receta y sí, quedó mejor. Voy a compartir foto de la portada del libro porque, como casi siempre sucede, en todos los recetarios el mismo platillo tiene variantes. La receta que me sirvió de base es del Gran Libro de la Cocina Mexicana, si lo encuentran, recomiendo que lo adquieran, todo lo que he hecho de ahí sale rico. Y si ya lo tienen ¡felicidades!

Ingredientes

Para el pan de cazón

½ kilo de filetes de cazón

3 hojas de laurel

4 dientes de ajo (2 enteros y 2 sin el brote y machacados)

¼ de cebolla

1 cucharada de aceite

½ taza de cebolla picada

¾ de kilo de jitomate (tomate rojo) picado

2½ cucharadas de epazote picado

1 cucharada de orégano seco

Sal y pimienta recién molida

12 tortillas de maíz

Frijoles negros refritos

Aceite el necesario

 

Para las cebollas con habanero en escabeche

2 cucharadas de aceite

2 cebollas moradas grandes, fileteadas

2 dientes de ajo

3 o 4 chiles habaneros rebanados

½ taza de vinagre de vino blanco

¾ de taza de agua

3 hojas de laurel

1 ramita de tomillo fresco

1 ramita de mejorana fresca

½ cucharada de orégano seco

½ cucharada de sal

½ cucharadita de pimienta recién molida


Preparación


Con todo picado y a la mano, lo primero es poner a cocer el pescado en agua hirviendo con una hoja de laurel, dos ajos enteros, el cuarto de cebolla y sal. Se cuece a fuego alto por unos 20 minutos, se apaga y se reserva.

Cebolla y jitomate picados

En un sartén grande se calienta la cucharada de aceite y se sofríen la cebolla picada y los ajos machacados. Cuando acitronen (que se transparentes o translúcidos) se añade el jitomate picado y se baja un poco el fuego. Cuando el jitomate cambie de color, se agregan, el epazote, las dos hojas de laurel restantes, el orégano, sal y pimienta. Se baja el fuego, se tapa y se deja así por dos o tres minutos.

El pescado se escurre, se reserva un poco del caldo y los filetes se desmenuzan finamente. Se incorpora el pescado a la salsa de jitomate Si está medio seco el guisado (a veces pasa si el jitomate no está muy jugoso) se agrega poco a poco caldo de la cocción del cazón, poco a poco y no mucho. Se mezcla todo muy bien, se rectifica de sazón, se tapa y se deja a fuego medio bajo por cinco minutos. Hay que revolver de vez en cuando y, si es necesario, añadir más caldo.



Para preparar el escabeche, en una cazuela de barro de preferencia (nada más que no sea de aluminio) se calienta el aceite y se sofríen las cebollas fileteadas con los habaneros rebanados. Cuando acitronen, se vierte el vinagre y el agua, se añaden todas las hierbas de olor, los ajos y se salpimienta. Se baja el fuego y se deja unos minutos hasta que todos los ingredientes estén suaves. Se reserva.


Para servir, se fríen las tortillas, no deben quedar duras, nada más se suavizan y se les levanta el cuerito. Se rellenan con frijoles negros refritos, se cubren con guisado de cazón y con el escabeche de cebollas y habaneros.

Se empalman tres o cuatro tortillas por comensal, ya preparadas ¡y buen provecho!


Notas
:

1.- Puede ser más cazón, en este caso el medio kilo fue equivalente a cuatro filetes delgados, pero de buen tamaño. La receta rinde para tres o cuatro personas, dependiendo del apetito. Nosotros, que somos tres, por lo general no acompañamos con nada más así que salen cuatro por persona. Quizá se podría acompañar con una ensalada de lechuga y aguacate o arroz rojo o blanco. También se puede servir como entrada o aperitivo, uno o dos por persona y rinde más.

2.- Los tres cuartos de jitomate (usé saladet o guaje) equivalen a seis o siete piezas. Si lo quieren más fino, se puede pelar, retirar las semillas y cortar en cuadritos finos (concassé).

3.- Si no hay epazote fresco se puede sustituir por seco, sólo hay que poner poco menos cantidad porque el sabor se concentra.

4.- El vinagre del escabeche puede ser cualquiera, no necesariamente de vino blanco, claro que queda mejor, más fino. Alguna vez lo preparé con vinagre blanco tal cual y supo muy rico de todos modos.

5.- Hice cambios en tres cosas: añadí los habaneros al escabeche y caldo de pescado al guisado porque se resecó mucho. En cuanto a la presentación, en lugar de servirlos por separado como los panuchos yucatecos según la receta del Gran Libro, los dispuse como pan de cazón, tal cual. Como agregué los habaneros al escabeche, ya no incluí los jalapeños en vinagre.

6.- Tomillo y mejorana también se pueden sustituir por las mismas hierbas, pero secas.

7.- Con frijoles negros sabe mejor, pero si no tienen, con frijoles peruanos o pintos está bien, flor de mayo o de junio, no importa, nada más que estén bien refritos. En las fotos que agrego para esta receta, se aprecia que usé frijoles peruanos.

8.- Usé aceite de cártamo para todo.

9.- Por lo general queda escabeche de habaneros y cebolla morada, se guarda en un frasco y es un aderezo o salsa buenísima para otras comidas, muy picosa, eso sí, pero deliciosa.

LO PROMETIDO ES DEUDA

Perdón, me tardé. Aquí está la portada del libro:



domingo, 24 de mayo de 2020

Teppanyaki de res y camarón


Nos gusta la comida oriental y pues en estos días de encierro, que hay que espaciar las compras básicas, es una buena opción para que las verduras no se echen a perder y se consuman de la mejor manera, es comida muy nutritiva y sana.
Es la primera vez que lo preparo y fue un éxito. Tanto, que lo tuve que hacer de nueva cuenta antes de que pasara una semana. La primera vez sólo con carne de res y para la segunda agregué unos camarones que tenía congelados desde hacía tiempo. Quedó delicioso y pasó a formar parte destacada del recetario familiar además de que se ganó su lugar en este blog.
Es laborioso, pero nada para lo que no tengamos tiempo en estos días de cuarentena. Así que ¿muchas ganas de comida japonesa? Aquí está la receta para preparar en casa. #YoMeQuedoEnCasa.

Fe de erratas: En la publicación original escribí que era cocina china y pues no, un asiduo lector me corrigió y me dijo que era japonesa. Corrijo entonces y ofrezco disculpas.



Ingredientes

1 kilo de bistecs de bola de res
200-300 gramos de camarones sin cabeza, pelados y limpios
3 o 4 zanahorias peladas
3 o 4 calabacitas
½ coliflor precocida
1 brócoli de chico a grande
1 cebolla
1 pimiento
250 gramos de champiñones
Aceite neutro, el necesario (puede ser de cártamo, maíz o girasol)
1 cucharada de aceite de cacahuate

Para la salsa de teppanyaki
1/3 de taza de ajonjolí tostado
¼ de taza de salsa de soya
¼ de cucharadita de ajo en polvo
4 cucharadas de aceite vegetal
1 limón, el jugo
½ cucharadita de jengibre pelado y rallado

Para el arroz
2 tazas de arroz enjuagado y escurrido
4 tazas de agua

Preparación

Lo primero es enjuagar el arroz bajo el chorro del agua fría hasta que el agua salga transparente y se deja escurriendo.

El arroz se enjuaga muy bien y se deja escurriendo; y la coliflor cortada en ramitos se pone a cocer con poca sal y una estrellita de anís.
El segundo paso es cocer la coliflor. Se limpia, se separa en ramos y se cuece en suficiente agua, sal y una estrellita de anís (esto es para que no sea tan indigesta). No debe sobrecocerse, de hecho, hay que dejarla un poco firme para que no se desbarate a la hora de agregarla al teppanyaki.
Luego se cortan todas las verduras. Las cebollas y los pimientos en cuadros grandes; las zanahorias y las calabazas en un corte largo sesgado. El brócoli se separa en ramitos y los champiñones se rebanan.

Las zanahorias y las calabacitas se cortan sesgadas; la cebolla y el pimiento en cuadros y tanto la coliflor y el brócoli en ramitos.
La carne se corta en trozos como de dos por dos centímetros y los camarones, ya pelados y limpios, dependiendo del tamaño, se cortan en dos o tres trozos.
Tanto la carne como los camarones se guardan en el refrigerador mientras se avanza en todo lo demás, sobre todo si hace mucho calor.

Cortes de la carne y el camarón.
Cuando el arroz esté bien escurrido se ponen a hervir las cuatro tazas de agua; en cuanto suelten el hervor se agrega el arroz de golpe, se mezcla con una cuchara o palita para que quede parejo. Cuando vuelva a hervir se baja todo el fuego, se tapa y se cuentan entre 20 y 25 minutos.

Se pone a hervir agua, se agrega el arroz de golpe, se acomoda, se tapa y se deja de 20 a 25 minutos a fuego bajo, lo más bajo. Y así se ve cuando está listo.
Aceites de la receta, ingredientes de la salsa, el ajonjolí tostado y la salsa teppanyaki ya licuada.
En un wok u olla grande se vierte aceite neutro y el aceite de cacahuate. Se sofríe primero la zanahoria que es la verdura que tarda más en cocerse; luego se añade la cebolla y en cuanto acitrone, se agrega el pimiento. Todo sin dejar de remover con una palita de madera.


Una vez sofritos, se agrega la carne, se mezcla todo muy bien y mientras cambia de color, se tuesta el ajonjolí para la salsa teppanyaki y se ralla el jengibre.
El ajonjolí se deja enfriar un poco y se reserva.
Hay que estar al pendiente de que la coliflor no se sobrecueza. Ya que está lista, se escurre, se deja enfriar y se corta en ramitos más pequeños.


Cuando la carne cambie de color se agregan el brócoli y la coliflor, y mientras se sofríe todo revolviendo de vez en cuando, se prepara la salsa teppanyaki: se vierten en la licuadora el ajonjolí tostado, el aceite, el jengibre, la sal de ajo, el jugo de limón y la soya. Se licua fino, pero no tanto para que no se desbarate todo el ajonjolí. Se reserva.
En cuanto esté listo el arroz, se apaga el fuego, se retira de la placa caliente, se le quita la tapadera y se cubre con una toalla limpia para que absorba cualquier resto de humedad. Se deja reposar unos diez minutos.
Volvemos al wok y se vierte sobre el guisado de carne y verduras, la salsa de teppanyaki, se mezcla todo muy bien y se añaden, por último y en este orden: los champiñones, las calabacitas y los camarones y en cuanto los camarones estén listos, se apaga el fuego y se sirve.


Se puede presentar con el arroz en un tazón y el teppanyaki en un plato plano o el teppanyaki sobre una cama de arroz.


Estas cantidades alcanzan para seis personas más o menos.

Cualquier duda me la dejan en comentarios por favor, mientras tanto ¡buen provecho!
#YoMeQuedoEnCasa.

domingo, 19 de abril de 2020

Tacos de carnitas

#CocinaEnCasa
#YoMeQuedoEnCasa #QuédateEnCasa 
                                      #NosNecesitamosJuntos #Cuarentena


Pues resulta que un buen día dí con un canal que se llama La Capital, esto en YouTube, con un chavo que le entra a la cocina sin miedo, no parece que sea chef, pero todo lo que hace lo emprende con mucha seguridad y prueba con un estilazo que todo se antoja. Como me suscribí a su canal me empezaron a llegar notificaciones y, bueno, no se puede hacer todo, pero cuando subió el video de las carnitas, no pensaba en otra cosa más que en hacerlas.
No se veía para nada complicado, sólo tenía que conseguir el famoso pork belly, que es la parte del cerdo de donde se saca el tocino, pero se ahuma. Para conseguirlo en Guadalajara (México) tenía que hacer un pedido especial en la carnicería porque no es un corte común, casi toda la producción se destina a la de tocino, pero yo no quería eso.

Por fin, después de mucho buscar, di con un proveedor de cortes poco comunes gracias a la recomendación de un sobrino, y las preparé por primera vez hace ya más de un año. Quedaron deliciosas. Lo que les diga es poco. La receta de Óscar Meza, el de La Capital, es una garantía y la verdad es que no hice mayores cambios. Sólo agregué salsas al gusto de la familia. Ah, perdón, debo decir que él hizo un cazo con el pork belly y lo presentó de tres maneras, oriental, con puré de papa y en tacos de carnitas. Yo no me entretuve en las dos primeras. A los tacos directo. Aquí la liga para que lo chequen: Carnitas de Pork Belly/La Capital.

Ahora, en plena cuarentena, mi hijo me dijo que tenía antojo de tacos de pork belly, cuya traducción literal es panza de cerdo. Así que nos dimos a la tarea de conseguir el corte y hasta eso que ahora fue rápido, al parecer ya se está solicitando más tanto en lo particular como en restaurantes de manera que no es difícil de conseguir y, sobre todo, no es caro.

Carnitas de pork belly.
Ingredientes

2 o 2.5 kilos de pork belly
1 litro de manteca de cerdo
2 naranjas
5 hojas de laurel
1 cucharadita de tomillo seco
1 cabeza de ajos
1 cerveza de 355 ml
Sal de grano al gusto
Tortillas de maíz al gusto

Guarnición
Cebolla y cilantro finamente picados
Salsas varias

Preparación

La manteca se calienta en un cazo hondo y grande. El pork belly se corta en cuadrados y del lado donde no tiene el cuerito, se sala. Cuando la manteca esté hirviendo y haya aromatizado la cocina, se colocan, con cuidado, las piezas del puerco.
Derretí la manteca en un cazo de cobre que tiene capacidad para ocho litros. Para las cantidades que hice me parece el tamaño perfecto.

Aquí se aprecian las hojas de laurel, la naranja, el tomillo y la cabeza de ajos. Luego agregué la cerveza (se alcanza a ver la espuma), de preferencia no muy fría. Cuando vuelva a soltar el hervor, se baja de fuego alto a medio bajo y se deja así por espacio de dos horas.
Hay que mover la carne de cuando en cuando y a la hora se retiran la naranja, el ajo y las hojas de laurel.
Debe estar suave, fácil de picar para hacer los taquitos, como se aprecia en la primera foto.
Recomiendo que la tortilla de maíz sea de lo mejor, si tiene masa y las puede echar a mano en casa, mucho mejor.


Aquí se puede apreciar cómo van cambiando de color las carnitas y la manteca se va aclarando.




Aquí están tres taquitos con diferentes salsas. De la verde aquí dejo la liga para la receta, está en este blog y la de arriba es salsa mexicana: cebolla, jitomate (tomate rojo), chile serrano, cilantro, sal, pimienta y un chorrito de vinagre blanco que preparó mi esposo Pedro.
Al taquito de abajo le puse la salsa típica de los tacos al pastor estilo Sahuayo, pero no la hice yo y no he podido conseguir esa receta.

Y preparé otra salsa: de jitomate y chile serrano asados con sal. Va la receta:

Ingredientes:
7 u 8 jitomates guaje o saladet cortados a la mitad
10 o 12 chiles serranos
Sal

Preparación


Los jitomates y los chiles se ponen a asar en un comal o en un sartén grande hasta que estén bien tatemados. Al principio cuesta un poco de trabajo hallar el punto, pero se puede. Esta receta me la pasó Mony, mencionada ya antes en este espacio, una excelente cocinera.
Por fin me sale.
Ya que están bien tatemados se muelen en molcajete o en licuadora, pero no en un programa que la deje muy molida, al contrario, que parezca como martajada.


En cuanto estén listos se van echando al vaso de la licuadora y al final se agrega la sal. Por lo general, primero están listos los chiles, ya sin el tallo y luego los jitomates. Se agrega sal, más o menos una cucharadita copeteada para estas cantidades, NADA DE AGUA y se licua. Es todo.


Es una salsa muy rica que se lleva muy bien con varios platillos de la cocina mexicana: carne asada, tostadas, quesadillas, huevos revueltos o estrellados, molletes, en fin. Se puede hacer más enchilosa si se desea y se agregan chiles, o menos, al gusto.
Si los preparan me cuentan, quedaron muy ricos y ya estamos pensando, en cuanto se pueda, hacer una reunión y ofrecer estos taquitos.
Hasta la próxima y ¡buen provecho!


#CocinaEnCasa
#YoMeQuedoEnCasa #QuédateEnCasa 
#NosNecesitamosJuntos #Cuarentena